"Siempre he pensado que la sonrisa nos proporciona una inmensa fuerza vital, aquella que es capaz de mover lo que aparentemente es inmovible o inconmovible. Ahora no quiero que digas nada. Siempre he sido capaz de ocultar lo que sentía y estar bien, buscar el lado positivo de todo, de sonreir en los momentos de caída en picado y seguir creyendo en mis sueños. Fue mi decisión que la respuesta a cualquien pregunta o comentario malintencionado fuese una sonrisa... y ahora vienes tú, mirándome fijamente a los ojos, intentando desnudar mi cabeza, acercándote y haciendome notar tu seguridad, mientras se va desvaneciendo poco a poco mi sonrisa. Pero te diré una cosa, la tristeza se acabó. La mandé muy lejos hace años y no va a volver a mi cabeza, por mucho que intentes descubrirla ante ti. Puede que esté tocando fuego y en algún momento me queme, pero prefiero arder una vez a que las malas cosas que puedan pasar en distintos momentos de mi vida me afecten como a muchas personas hacen. Que con tu comportamiento parece que gritas no sólo que quieres ser infeliz, sino que quieres pasar a ese terreno, a tú terreno, a todo el que te rodea."
Esto es lo que he visto en ella, en un momento en el que la mayoría de la gente se habría derrumbado. No sé si sus pensamientos se acercaron a lo que yo, de la forma más aproximada posible, he intentado transmitir, pero creo que todos estareis de acuerdo en que es una persona a la cual admirar. Sigue poniendo exclamaciones a las ilusiones, comas a las sensaciones y puntos suspensivos a los deseos, pequeña gran mujer. Haz que muchos envidien lo que eres y lo que llegarás a ser. Dibuja con tus ojos un cuadro de esperanza, para que todos los que pasen por algún mal momento sepan, que con la fuerza que estos desprenden, conseguirán superarlo.
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