Si ahora mismo pudiese volver a mi infancia, el deseo que pediría sería que palabras como igualdad o justicia cobrasen significado, para que por un momento, aunque sólo fuesen unos segundos, pudiese volver a creer en la humanidad.
A veces echo de menos cuando era pequeña y no me enteraba de nada. Todos los problemas eran cosas tan sencillas como el querer ver la tele media hora más, poder salir a jugar con los amigos a la calle o que tu padre te balancease en el columpio hasta quedarse si fuerza en los brazos. Aún así, eran cosas que por mucho que nos importase, en un periodo de tiempo muy corto se habían desvanecido de la mente y volvíamos a nuestro mundo de muñecas, balones o cocinitas. Un mundo sin preocupaciones y sin problemas del cual si pudiesemos, muchos de nosotros no saldríamos nunca.
Aún recuerdo las ganas que tenía de crecer para poder hacer lo que quisiese cuando quisiese. Ahora veo a esos niños, que como yo hace unos años, pasean por las calles y me doy cuenta de lo poco que valoramos el tiempo y nuestra propia inocencia cuando tenemos esas tiernas edades. Ojalá pudiese volver atrás y disfrutar de nuevo, sin enterarme de todo lo que pasa en mi ciudad, en mi país, en mi mundo.
Ahora muchos de esos niños se han convertido en la indiferencia. La última seña de moral que tenían se perdió con la evolución de una sociedad basada en el cinísmo, la hipocresía y la falta de sentimientos... Sentimientos muchas veces contradictorios que oprimen el alma humana y sin poder defenderse nos va autodestruyendo, degenerando todo resto de la inocencia que nos quedaba de la infancia. Se desvanece toda integridad moral. Nosotros éramos los niños que deberíamos en un futuro cambiar las cosas, luchar por la mejora...¿Y por qué no lo hacemos?, ¿era más importante luchar, llorar y gritar para conseguir que nuestra madre nos comprase los últimos cromos de las spice girls que por algo tan importante como la igualdad?, ¿por qué nos conformamos con la desigualdad existente, con una jerarquía que favorece a unos pocos mientras otros muchos sufren?, ¿hasta que punto podemos enseñar el concepto de justicia, igualdad o empatía?.
Por ahora, esos conceptos para mi no tienen un significado en nuestra sociedad actual. Sé que el concepto global de igualdad y justicia es un "sueño revolucionario" de los que intentamos defender, aunque sea con nuestras palabras, los derechos humanos... lo que no entiendo es cómo somos tan pocos los que realmente nos preocupamos por esto.
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