Me niego a poner nombres a los sentimientos.
No quiero poner precio, fecha de caducidad,ni sabores a los besos, ni color a los momentos negros.
Es mejor dejarlos pasar.

27 mayo 2012

Memorias de una cabeza náufraga


Somos ese barco que navega entre la niebla... intentándonos guiar con una brújula rota que desquiciada busca el Norte. Trazamos rutas sobre cartas imaginárias intentándo continuar el camino que el Sol marca. Con la popa dirigida hacia una bella e imaginaria isla sin nombre, creada por los sueños que se enredan en las sábanas antes de empezar a dormir. Por la tardes, divisamos navíos fantasmas que van a la deriva... barcos para los cuales todo viento es desfavorable puesto que no saben su dirección. A veces hacemos sonar nuestra ruidosa sirena esperando respuesta, y en algunas ocasiones obtenemos contestación, pudiendo sentir así la efímera alegría de su fugaz compañía, aunque instantes después la espesa niebla esconda sus luces entre espuma y sal marina... otras veces sólo obtenemos el silencio del fantasma que creemos tener delante. Continuamos el camino hacia nuestra isla deseada, a veces con ganas, otras con el temor incrustado en los huesos por si llega la gran Ola.
Hay dias en los que la niebla es más espesa y hacemos sonar más alto la sirena esperando contestación... Luego están los días en los que no necesitas más que sentarte y disfrutar de la inmensidad que te rodea. Y son estos días cuando la niebla se va, y te tumbas en la húmeda madera a mirar el cielo y pensar en si realmente queremos llegar a nuestra isla o preferimos disfrutar de nuestro camino haciéndolo así interminable.

25 mayo 2012

Búscame


Búscame en la brisa que por las mañanas sacude los árboles, en el tiempo que se cruza sin preguntar... en el sueño que cada noche me hace flotar. Búscame en caricias de una noche de mayo, en los besos pasados y en el aliento de tu última sonrisa. Búscame cuando te sientas perdido entre recuerdos e historias, entre rutina y emoción. Búscame bajo tus pies cuando te sientas arriba y sobre tu cabeza cuando el negro te nuble la vista... En cada sombra en la oscuridad... Búscame en la risa, nerviosa y desnuda que acaba en callados suspiros, cuando el cuerpo te lo pida... Búscame y destierra la razón, mientras luchas con tu alma y pintas la esperanza en cada rincón.
Que tu luz riega la brisa que me guía en el andar por mi alegría y mi pesar. Y ya no tiemblo, ni sufro y parece que crecemos con la adversidad extendiéndonos la mano para poder caminar. Por eso búscame en la mañana que nos enseña el inicio de un nuevo día con su luz y claridad, en la tarde que nos orienta hacia donde caminar y en la noche que nos une como dos gatos vagabundos que se pierden por las calles de esta oscura ciudad. Búscame... en la colina que subimos día tras día, en la fragancia de tu piel, en tu inquieto pensar... En el silencio que se esconde en el reflejo de la realidad.

18 mayo 2012

Juegos de odio


Pensabas que controlabas al mundo con tus oscuros juegos. Después te diste cuenta de que tú mismo te habías convertido en una marioneta que intentabla complacer con esos juegos a los demás... Y llega un momento en el que te das cuenta y te sientes vacio, en el que sientes un silencio que te aplasta... toda tu ira te devuelve los golpes que tu has dado pero con más fuerza. Aún así, sigues respirando ese aire que ya no es aire.
Ves que tu piel de terciopelo que antes atraía a las más curiosas mariposas ahora no lo hace. Tus helados ojos que lo conseguían todo sin necesidad de hablar ahora sufren bajo callados gritos. Y a veces se encienden pensando en la bondad de los otros e intentas romper las cadenas que tú mismo construíste... Pero hay espinas muy dificiles de extraer por no decir imposibles.
Fuiste como el fuego que todo lo quemaba, la espada implacable que a su paso destrozaba todo resto de felicidad. Tu martillo aplasto hasta la última sonrisa con tu supuesta justicia. Y dime si puedes dormir por las noches entre tanta tiniebla... Ahora no pidas justicia, cómete la tuya propia porque otra no encontrarás. No hiciste más que crear miedo y ahora te toca tragar...

09 mayo 2012

Pizarro.



Cuando era pequeña quería ser como mi abuela. Era la persona más buena y sabia que nunca he conocido. Me acuerdo de los veranos, que siempre parecían eternos en esa terraza de la calle Pizarro.
Los sábados por la mañana bajabamos a dar un paseo, al parque que está al lado y a comprar el periódico a la tienda de una amiga de mi abuela que siempre la recibía con gritos de alegría a pesar de verla todos los días. Ella al salir me decía: "esta mujer nunca estuvo muy bien de la cabeza cariño, pero es buena señora". Y nos íbamos agarradas de la mano hasta llegar a esas viejas escaleras de madera por las que tantas veces me caí jugando.
Por las noches, nos sentábamos en el salón a ver "películas de mayores" y me contaba que cuando era pequeña no habían esas cosas tan modernas, que en las películas cantaban y que se escondían para ver las películas de vaqueros. Luego me ponía una taza que tenía el nombre de mi madre escrito y me decía: "aquí desayunaba tu madre cuando era pequeña así que ten cuidado y no la rompas...".
En el baño, tenía un frasco de cristal con algodones de colores... Cada día me dejaba coger un color distinto así que después de haber seleccionado cuidadosamente el color del día iba a su lado y le pedía que me pintase los labios como ella. Me los pintaba y antes de irme a dormir cogía cuidadosamente el algodón y me limpiaba los labios.
En su habitación, habían un monton de frascos de colonia vacíos... Nunca tuvo mucho dinero para gastar en colonia, pero coleccionaba estos frasquitos de muestras que había conseguido en el Corte Inglés, donde tanto tiempo trabajó. Nunca olvidaré el olor de su colonia... Sería imposible aunque quisiera...
Pero puede que lo más emocionante para mi de lo que había en su tocador fuese una cajita de música blanca con una pequeña bailarina dentro. A veces la abría y me quedaba horas viéndola dar vueltas y escuchando su musiquilla...
Sobre la cama, habían varias muñecas... Todas ellas habían pertenecido a mis tías cuando eran pequeñas, pero había una que para mi era muy especial; puede que fuese porque ella me había dicho que era especial. Era una muñeca con la cara un poco sucia y dos trenzas negras en el pelo. Tenía los ojos muy verdes y sus pestañas estaban pintadas con rotulador. El vestido era negro con unas flores muy pequeñas estampadas.
Yo nunca cogía esa muñeca... Puede que le tuviese respeto por todas las historias que mi abuela me contaba acerca de todo lo que vivió con ella... Era suya y ni a mi madre ni a mis tías se la había dejado. Un día, antes de acostarme me dijo que quería que me quedase con esa muñeca y que le pusiese un nombre. Mi imaginación con esa edad no daba para mucho así que decidí ponerle Verde. Hoy en día me siento orgullosa del nombre, ese color que tanto significa para mi.
Por las mañanas entraba el Sol por la ventana y se oían las gaviotas. Nunca hubo persianas en esa casa, puede que esa sea la razón por la cual en mi casa de hoy en día tampoco las haya. Me levantaba antes de que mi abuela se despertase y siempre hacía el mismo recorrido: primero iba al pasillo y marcaba el número de teléfono de mi casa... 226312 (todavía no había prefijo). El teléfono era muy antiguo, de los que tenían una rueda y tenías que girarla pasando por todos los números que querías marcar... Luego me adentraba en lo desconocido... la habitación prohibida situada al lado de la cocina. No es que tuviese nada en especial, sólo un monton de cajas y objetos de cuando mi madre y sus hermanos eran pequeños. La cuestión es que estaba prohibido y tenía que entrar a verlo. Después de una rápida ojeada, salía corriendo hacia la habitación de mi abuela y la despertaba metiéndome en su cama...
La cuestión es que hoy me he encontrado esa caja de música. No la recordaba hasta que abrí la caja y empezó a sonar la música. En ese momento mi cabeza retrocedió unos 14 años y me hizo recordarla tal y como era antes de ponerse enferma. Pense sobre lo injusta que es la vida pero también sobre la suerte que tengo de que, aunque ya no sea la misma de antes, este conmigo. Y la suerte que tengo de que no sea consciente de lo que le pasa y no se lo tenga que explicar.
Es muy importante disfrutar con cada persona cada segundo como si fuese el último puesto que no sabemos que puede pasar... Sólo darle las gracias a ella por hacer que mi infancia fuese la mejor del mundo, por quererme tanto y por haber sido un ejemplo a seguir para todos los que la conocieron. Gracias.

05 mayo 2012

Bichos.


Lleno el mundo de mis fantasías, de mis metáforas, comparaciones... No me gusta ver la realidad tal y como es pues me parece demasiado fría. No me gusta ver a las personas como un conjunto, me gusta ver su individualidad, sus características, sus deseos, su luz, sus defectos, sus patrones... Me gusta crear un mundo desde mi perspectiva, un mundo como el que crean en algunas películas, en las que no paran de asaltar flashbacks y aclaraciones humorísticas. Cuando haces esto, puedes llegar a relacionar cosas que en principio no tienen ninguna relación. Hoy mi imaginación ha volado al mundo animal. En concreto al mundo de los insectos, esos seres tan pequeños y a veces tan odiados pero que son tan necesarios para nosotros y para nuestro mundo.
Cada persona, es un ser completamente diferente. Todos tenemos nuestras peculiaridades... Los insectos son los animales más abundantes del planeta y en sus características podemos ver una conexión con los distintos perfiles de los cuales nos rodeamos.
Cuando salimos a la calle nos podemos encontrar con una mariposa... con su belleza, su dulzura; ese suave volar y colores llamativos. Esa delicadeza que hace que con sólo rozar sus alas no puedan volver a volar. Esas personas que son tan bellas tanto en el exterior como en el interior que te gustaría coleccionarlas para poder estar con ellas siempre que quieras. Pero también nos podemos encontrar con algún mosquito, o tabano en casos muy exagerados, que intentarán chuparte la sangre hasta que quedarse completamente saciados. Revolotean camuflándose en los marcos de las puertas esperando a que te duermas para atacar... Te zumban en el oído cortando tus sueños...
Otros días, sales a la calle y te encuentras con la hormiga. La pequeña y fuerte trabajadora. Son capaces de soportar cincuenta veces su peso y levantar treinta veces su volumen... Como esas personas que a pesar de no poder con sus propios problemas siguen y consiguen levantar a personas con problemas mucho más grandes. Cooperativas, fieles, valientes, escurridizas... Pero cuidado, en cualquier esquina te puedes encontrar con una gran tela de araña... Colocada estratégicamente para que los bichos que por allí pasen se queden enredados en ella y así luego, después de una larga lucha, poder comérselos. Personas que pasan mucho tiempo tejiendo su trampa, con mucha dedicación, esfuerzo y con una intención muy clara.
¿Y qué me decís de las personas que consiguen superar todo lo que las vida les deje en su curso?. Yo muchas veces me he preguntado como algunas personas pueden seguir con una sonrisa en la boca después de todo lo que les ha pasado... Pues bien, éstas son los grillos. Son capaces de saltar hasta 500 veces su altura, algo impresionante. Sin embargo sólo llaman la atención por el pequeño sonido que emiten...sólo cuando cae la noche. También podemos ver caracoles, los que se cubren bajo un caparazón con el fin de que nada ni nadie les dañe... Es curioso, que podemos encontrar caparazones intactos hoy en día de hace miles de años, y lo que les falta, la vida, es algo que siempre les faltó. Miedo que te oculta tras duras paredes.
Uno de los insectos más comunes son las polillas... Moviendose en la búsqueda de luz, intentando alcanzarla sin darse cuenta del cristal que les separa de ella. Piensan que todos sus problemas se solucionarían si pudiesen cruzar ese cristal y por ello se golpean, una y otra vez... Hasta el día en el que, si tienen suerte, miran a su alrededor y ven que lo de fuera no esta tan mal, quizás esté mejor incluso.
Podríamos seguir así con los miles de bichos que existen...
Todos pasamos por distintas etapas en nuestra vida... Todos somos un insecto diferente dependiendo de en qué momento nos encontremos hasta que al final, encontramos el que realmente queremos ser. ¿ Y tú, con cuál te identificas?.

03 mayo 2012

Abrazos.


Todos los días, me repiten una y otra vez distintas técnicas para combatir la ansiedad, la depresión, la frustración, la falta de autoestima... Problemas muy comunes que a todos nos han afectado o nos pueden afectar en algún momento de nuestra vida. Todos estos remedios que proponen, se basan en diferentes estrategias cognitivas, conductuales, emocionales incluso farmacológicas. Pero un punto esencial y poco tratado son los abrazos. Lo propondría como una nueva técnica..."Abrazoterapia".
Diversos experimentos han comprobado (para quienes no han tenido la suerte de experimentarlo en su propia piel) que las muestras de afecto fomentan el crecimiento y el desarrollo de forma positiva en las personas. Todos necesitamos afecto físico para sentirnos bien y una de las formas más sencillas, generalizables a todos nuestros grupos sociales y extrapolables a casi cualquier situación son los abrazos... ¿Quién no va a necesitarlos hoy en día, en una sociedad que cada vez se vuelve más fría, competitiva, que nos invita continuamente al individualismo, a cumplir nuestras metas personales sin importar las del resto...?.
Cuando abrazamos a alguien nos retroalimentamos con nuestras energías. Llevamos la vida a algo más que pensamientos, la llevamos a los sentidos del tacto, la vista, el olfato y el oído. Sujetamos fuerte a una persona, estableciendo una conexión más fuerte. Vemos su cara, normalmente van acompañados de dulces sonrisas... Nos impregnamos del olor de esa persona y escuchamos su respiración acelerada. Reafirmamos la confianza en nuestros propios sentimientos y reforzamos los suyos. Puede que a veces sea por no encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que queremos transmitir...
En mi caso, necesito cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho para mantenerme contenta y doce para crecer. El contacto con nuestra piel es muy importante, es nuestro órgano más grande, el que cubre nuestro cuerpo, y tenemos que cuidarlo y darle mucho cariño. Cuando alguien te da un abrazo, esta cubriendo una gran parte de piel, se está comunicando con cada uno de tus órganos y les está dando vida. Además de ser un idioma universal para la comunicación.
Cuando abrazas, te sientes bien, dejas a un lado el miedo o por lo menos lo compartes, abre el camino al sentir, eleva nuestra autoestima, deshace poco a poco la soledad, alienta a compartir... al altruísmo, hace que nos quede energía para continuar después de un duro día... Todo efectos positivos.
Y por si esto no es suficiente, no contamina, recarga las pilas, es portatil, hace que los días felices sean mejores y los días tristes se hagan algo más felices... No tiene restricción de lugar, da sensación de seguridad, pertenencia. Consigue llenar los huecos de nuestra vida y nos deja esa sensación de bienestar que tanto nos gusta. Armoniza nuestros corazones al igual que la risa.
Algo que sale directamente del corazón, casi sin pasar por la mente....