Nací de papel y tinta,
impulsada desde las entrañas por el pulso de un corazón que latía con fuerza… Y
perdona si me cuelo por tus cálidas pupilas y, sin intención, alguna imagen
dejo en tu retina. Y perdona si mi voz hace eco en tu sonrisa sabiendo que no
es más que música envuelta en brisa. Y el olor dormido de tu pelo despierta al
viento que sopla más allá del recorrido de tus versos y sigue a la voz que
diluye los sueños cayendo en el mar de los recuerdos en la tarde pasajera que
va muriendo. Voy plasmando los versos de la cósmica poesía que con la Luna
creciente que se esconde cada día hace rimas en el aire mientras gime cariñosa
en el mar de tus caricias. Son sonetos de azúcar con voz de caramelo, saliva
curativa cerca de tu cuerpo… Y el cielo se relaja y mis labios suspiran leyendo
entre silencios las cautivas sonrisas que se mecen entre olas de una barca a la
deriva bajo el sol de terciopelo.
Me niego a poner nombres a los sentimientos.
No quiero poner precio, fecha de caducidad,ni sabores a los besos, ni color a los momentos negros.
Es mejor dejarlos pasar.
29 junio 2012
02 junio 2012
Y si...
Parece
que está en nuestra naturaleza, el creer unido a la prepotencia.
Somos
crédulos, pues creemos en cosas que no podemos ver o comprobar:
leyes de ciencia, Dios, la historia que los libros cuentan... Sin
embargo, hay personas que se empeñan en hacer que todo esto parezca
obvio, indudable y evidente, haciéndonos creer con más fuerza.
Entonces dejamos de duda a un lado. Es mucho más cómodo así y si
empezamos a dudar sabemos que al final, acabaríamos dudando de todo.
Pero además de todo esto, también brilla en nosotros la
prepotencia, ya que la mayoría además pensarán que creen en lo
correcto. Antes la Tierra era claramente plana y ahora el Universo es
infinito... ahora procedemos del mono, o somos creación de la
religión... Nos sentimos superiores y puede que seamos lo más
pequeño... creemos que sabemos más que lo que nadie supo y nos
apoyamos en ciencias que a lo largo de los años no ha sido más que
rebatida y reenunciada. O nos basamos en una religión, excusa de
atrocidades. Todo sea por no utilizar la cabeza.
Y
seguimos así, en nuestro día a día, haciendo desprecios a todos lo
que difieren en forma de pensar. Si todos creemos que algo es
amarillo, quien diga que es verde va a ser el raro, el enfermo, sin
contemplar la posibilidad de que éste sea al final, el único
acertado. Creamos una ley, la ley de la mayoría.
Y
ahora puede que Einstein no tuviese razón y haya una materia más
rápida que la mismísima luz... Adios a toda nuestra física. Y si
nos equivocamos en algo que parece tan obvio, indudable y evidente,
¿cómo seguir creyendo sin replantearnos todo lo demás?.
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