Isla del rojo coral

Cuando las nubes están solitarias en el cielo y el invernal y frío sol se oculta sobre el cielo gris...
Puedo intentar ofrecerte algodón dulce en los tiempos que el llanto se cruce en tu camino; quizás en la languidez de una tarde que desborda silencio guardando recuerdos de un ayer olvidado entre las sombras de tus fantasmas. Es ese pasado no cantado que te atormenta, una flecha cautiva que navega por los mares ocultos de la soledad que te acompaña... Dulces sirenas que cantan al gélido viento el cual se clava en la piel, tiñendo los arrecifes de un frío azul.
Esta noche, la luna se ha vestido de neón y plata, envolviendo el triste sueño con su espesa claridad y haciendo zozobrar su alma inmersa en un suave oleaje sin fin. Un lecho de espuma y agua en la isla del rojo coral, en el borde de un horizonte que se pierde en la bruma. En tu almohada, hierbabuena, perfumando tu rizada cabellera, bordeando la nieve que cubre tu rostro con el verde lujurioso de sus hojas... Sumisión de amor de dos entes que soñaron juntos alguna vez.
Quizás pueda volver bella tu historia, convertirla en hermosa poesía... Puede que le enseñe a los ángeles a ser como fuiste tú. Continuo intento de madurar las emociones bajo el abrigo de la esperanza que aporta el más allá, amainando las tempestades que crea el corazón a la vista de la tierra prometida. Siente la brisa de un tiempo...Un tiempo que les volverá a unir.