Me niego a poner nombres a los sentimientos.
No quiero poner precio, fecha de caducidad,ni sabores a los besos, ni color a los momentos negros.
Es mejor dejarlos pasar.

13 marzo 2012

Mis noches o las nuestras.

Eran mis noches o las nuestras. En el silencio de las miradas una puerta chirriaba, algo se cerraba y no corría el aire en la habitación. Recios latidos siguiendo el compás que marcaba la intensidad de la luna llena en la negra noche de los fantasmas olvidados. Pero eran mis noches o las nuestras.
El sol fundió cada suspiro en el barco que naufragó y renació entre la espuma marina, enredando el pelo de las bellas y astutas sirenas que con sus cantos sumergen a los navegantes en la perdición; y por las noches, sus delicadas noches se difuminan en la salitre marina coloreando el mar de cristalizados poemas, cortando nuestros sueños al dormir. Siempre en mis noches o en las nuestras.
Encallaba en la tierra la sombra de los océanos volteados, mareados sobre el cielo de un espacio sin manos, sin caricias, sin lados... Aún así, detrás maúlla un gato sordamente y es la desilusión negra de tu noche. La nuestra.

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